Si hablamos de antojitos mexicanos, el pozole ocupa un sitio de honor. Pero ¿sabías que se cocinaba con carne de guerreros?
¿Cuál el origen del pozole? ¿Hace cuánto lo comemos? ¿Cómo llegó a convertirse en un platillo icónico de la gastronomía mexicana? Su historia es muy interesante y a la vez espeluznante. Te sorprenderá saber que entre sus principales ingredientes había carne de guerreros sacrificados.
Alimento para honrar a los dioses
Aunque para algunos antropólogos e historiadores la versión de los cronistas españoles a veces presenta inconsistencias y exageraciones, sus crónicas siguen siendo una de las fuentes más cercanas para aproximarnos a la realidad de las culturas prehispánicas.
Tal es el caso de Fray Bernardino de Sahagún y su libro Historia General de las Cosas de la Nueva España. En esta obra Sahagún detalló la cotidianidad de los nahuas, destacando sus fiestas y ceremonias religiosas. Es aquí en donde aparecen las primeras referencias documentadas sobre el origen del pozole
El origen del pozole y su relación con Xipe Totec
De acuerdo con Fray Bernardino, el pozole, cuyo nombre en náhuatl es tlacatlaolli, era un alimento ritual preparado dentro de la fiesta llamada Tlacaxipehualiztli. Se realizaba en honor al dios Xipe Totec o “desollado”, y a Huitzilopochtli, dios de la guerra.
La celebración duraba varios días y en ella se sacrificaban a prisioneros de ciudades enemigas del imperio mexica.
El sacrificio ocurría en el templo dedicado Huitzilopochtli. Ahí, los sacerdotes recibían a los prisioneros capturados por los guerreros mexicas. Después los llevaban al altar principal en donde les sacaban el corazón y lo ofrendaban al sol.
Concluido el sacrificio, arrojaban el cuerpo desde la cúspide del templo. Al pie del templo otros sacerdotes se encargaban de recogerlo para desollarlo.
El resto del cuerpo era llevado al sitio en donde el captor del prisionero sacrificado había hecho votos a los dioses. Ahí se desmembraba y una parte se repartía entre sus parientes y cercanos. Sin embargo, el muslo siempre se reservaba para enviarlo al tlatoani Moctezuma.
En la casa del guerrero mexica se preparaba un caldo en el que se cocía la carne del sacrificado con maíz; cuando estaba listo (el pozole), se servía en tazones o jícaras para los invitados que acudían a su casa.
Un dato curioso respecto a la relación entre el sacrificado y el guerrero que lo capturaba es que este último no comía la carne de su cautivo. La razón era que, al ofrendarlo a los dioses, lo consideraba como su hijo. Pero no significaba que el guerrero se quedara sin comer pozole, ya que tenía permitido comer la carne que le ofrecieran de otros prisioneros.
El pozole que comemos hoy en día
Aunque se ven muy lejanos aquellos tiempos en donde el pozole era un alimento ritual, lo cierto es que aún parece conservar ciertas connotaciones prehispánicas, sobre todo en lo que respecta a su carácter ceremonial.
El pozole todavía se come en fechas especiales o festejos en las cuales la familia se reúne en torno a este platillo, tal como lo hacían los antiguos mexicanos.
Y si hablamos de los ingredientes, por supuesto que han cambiado y mucho. Eso sí, el maíz aún es el ingrediente principal, y afortunadamente la carne ahora es de pollo o cerdo, y hasta de mariscos.
Con todo y los antecedentes sobre el origen del pozole, nada nos quita el antojo de un buen plato o ¿sí?
Ahora espera a que conozcas el origen de las calaveritas de azúcar que tanto nos gusta poner en las ofrendas del Día de Muertos.
Fuentes: Fray Bernardino de Sahagún (2000). Historia general de las cosas de Nueva España, Tomo I. México D.F., Conaculta.
En tehucalco Actual edo de guerrero afirma que son lo inventaron el pozole con carne de sus enemigos.
También afirman que nadie los conquistó, sus ruinas se localizan cerca de tierra colorada en las montañas x eso no los pudieron conquistar a los yopes